Me hicieron la pregunta más difícil de mi vida y estuve unos minutos en silencio hasta que respondí: sí, todavía pienso en despertarme con el olor a café fuerte, el sonido de la radio encendida, el abrazo inesperado, el beso robado y mojado en los dos labios.
El amor es uno de los mayores deseos y al mismo tiempo tormentos del ser humano. Hay tantos mitos en torno a este sentimiento que para algunos se convierte en una búsqueda inalcanzable, un golpe del destino, sinónimo de sufrimiento.
Desear una relación debe significar ante todo conocerse a uno mismo, aceptar los propios defectos y cualidades, acogerse con amor propio y luchar por evolucionar donde sea necesario antes de intentar embarcarse locamente en la vida de otra persona.
Encontrar a alguien que valga la pena va más allá de la suerte, los milagros y la predestinación. El amor les sucede a quienes están libres del pasado, abiertos al presente y dispuestos a ensuciarse las manos para construir un futuro. No es la proximidad, la conveniencia, el placer inmediato o la diversión fácil lo que definirá el éxito. Es cuánto ambos están dispuestos a ceder, soñar, donar, comprender, planificar, crecer, apoyarse y evolucionar el uno con el otro.
Para construir una relación sana y tener un sexo maravilloso, debes estar dispuesto a dejar que la otra persona te vea completamente desnudo. Necesitas coraje para aprender a amar, perdonar, escuchar. Nada viene listo. La magia está en creer y hacerlo funcionar. Sobre todo porque es difícil encajar sexualmente y emocionalmente con una persona.
¡ Un feliz y húmedo fin de semana a todos!
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