Voy a tratar un tema que quizá sea un poco tabú, pero que ocurre a menudo en las relaciones, y considero necesario hablar de él.
Antes que nada, quiero dejar claro que, para que una relación de pareja sea funcional, es indispensable establecer acuerdos. Además, estos acuerdos deben revisarse con el tiempo. Una pareja con madurez emocional trabaja en equipo.
El problema es que, al iniciar la relación, nadie habla sobre temas importantes como la fidelidad, el sexo, los límites o la comunicación asertiva y respetuosa.
Pero vayamos al tema del texto, que es...
El amante (sin importar el género) no es responsable de destruir una relación.
Hay una palabra monosílaba que los niños aprenden a pronunciar en su primer año de vida: ¡No!
Una mujer puede invertir todo lo que quiera en un hombre casado (mandar mensajes, hacer llamadas, coquetear con él), pero si el hombre utiliza su poder para decir NO, no hay trampa. Solo tiene que decir: "Amo a mi esposa. Gracias por su interés, pero no pasará nada entre nosotros".
Tu marido, tu novio, no es un niño incapaz de discernir. Si es un adulto, tiene la capacidad de tomar decisiones y, especialmente, de elegirte a ti. Tiene la capacidad de decir que no; lo que a veces no tiene es la voluntad.
Tal vez me digas: "Esto está en la naturaleza del hombre" o "Si la mujer no lo hubiera seducido, él no habría engañado". Necesitamos dejar de buscar excusas para nuestras decisiones.
El amor es una decisión.
Engañar también lo es.
Por Claudia Carvalho
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