
Da igual la edad que tengamos: 20, 30, 40, 50, 60 o más. Todos queremos sentirnos amados, deseados, admirados, cuidados por alguien. Sentirse deseado es el resultado de la admiración. Es ahí donde el erotismo, en sus múltiples facetas, se mueve, respira, crece. No hay deseo sin admiración. No hay erotismo sin deseo.
Él la mira.
Ella lo percibe.
Él lo nota.
Ella corresponde.
Él la observa.
Ella lo mira.
Él la desea.
Ella lo admira.
El deseo no es solo físico, sino que nace de la percepción mutua. Es vacío y posibilidad.
Vacío que llama ser llenado. Es la tensión entre lo que se anhela y lo que aún no se tiene.
Por Claudia Carvalho
PORQUE SÍ
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