"Despierta, amado mío, para que pueda sentarme temprano y disfrutar de los dulces besos de tus labios en movimientos húmedos entre los míos". (Cantares de Claudia)
Como Teóloga y Sexóloga, no puedo dejar de hablar sobre el libro más erótico que se encuentra entre los libros Santos de la Biblia.
El Cantar es un pequeño libro de ocho capítulos breves, con ciento diecisiete versículos, uno de los treinta y seis libros que componen las sagradas escrituras. Quién lo redactó es otra interrogante, para la cual algunos eruditos no han avanzado más allá de suponer que fue escrito por una mujer. Se atribuye su autoría al rey Salomón. Su erotismo se prestaba para profanar su santidad y fue necesario, en consecuencia, interpretarlo alegóricamente para que pudiese estar en la Biblia.
Los personajes del Cantar son dos: una mujer y un hombre, también hay un coro esporádico, en una especie de dinámica teatral donde cada uno de ellos atrae al otro con generosos elogios. No hay pudores ni vergüenzas en las apasionadas declaraciones.
A continuación tendréis algunos fragmentos del Cantar de los cantares.Las conclusiones, os las dejo a vosotros 🙂
"Introdújome en la pieza en que tiene el vino más exquisito, y ordenó en mí el amor".
Élla: “Que me bese con los besos de su boca" .
“Los labios de mi novia destilan pura miel; debajo de tu lengua se encuentra leche y miel, y la fragancia de tus vestidos es la de los bosques del Líbano”.
Foto: De la serie "Cantar de los cantares" (1923), de Egon Tschirch
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