La invisibilización del placer femenino es una cuestión de poder y control, con raíces profundas.Una mujer con autonomía sexual es una mujer difícil de controlar. Cuando hablo de autonomía sexual, me refiero a una educación sexual adecuada, al conocimiento corporal y emocional; va mucho más allá de usar un aparato de plástico. Durante siglos, la sexualidad femenina se ha reducido a la reproducción, ignorando por completo su dimensión placentera.
Para mí, la religión es la principal fuente de represión del deseo femenino, ya que promueve la idea de que la mujer debe ser pura, dócil y sumisa, mientras que todo lo relacionado con el placer, el deseo, el sexo y su propio cuerpo es considerado pecado. Imagínate que, durante siglos, el clítoris fue ignorado en los libros de anatomía.
La falta de una educación sexual adecuada es alarmante.Una mujer conectada con su deseo es una mujer con agencia.
Por Claudia Carvalho
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