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Lo que pensaba que te iba a destruir terminó siendo tu mejor metamorfosis.

Foto del escritor: Claudia CarvalhoClaudia Carvalho

Las curvas de mi cuerpo son hechas de líneas llenas de cicatrices que han forjado a la guerrera con corona de princesa y la espalda de una valquiria. Hace semanas, alguien me dijo: "Eres una impulsora disruptiva para romper estereotipos...". Pero les diré cómo es Claudia hoy y lo que ha pasado:


1. No recuerdo bien la edad correcta, pero debería tener entre nueve años, cuando mi padre venía todas las noches a dar "buenas noches", con sus manos paseando sobre mis piernas. Yo recuerdo los movimientos de sus manos, pero no sus palabras en ese momento (teniendo en cuenta que mi padre era un maltratador).


2. A los doce años, cuando estaba en mi habitación a punto de dormir, mi madre me llamó para acercarme al salón. Al llegar, allí estaba un hombre de 29 años, un empresario de su tierra, a quien ella me decía que sería mi novio. Recuerdo que salí del salón en lágrimas y con indignación.


3. A los diecinueve años, me casé y sufrí violencia física y emocional. Fueron dieciséis años sufriendo ese tipo de violencia. En esa época, era misionera, viajaba por el país dando conferencias y con el alma rota.


4. Cuando decidí divorciarme, una semana después de mi comunicado a la institución de la que formaba parte, un lunes a las 7:30 de la mañana fui sorprendida con siete pastores dentro de mi casa, donde había una silla en el medio y fui juzgada, sentenciada sin defensa por esos siete pastores.


5. Después del divorcio, escuché de mi madre: "Ningún hombre te va a querer. Eres una mujer divorciada y con una hija".


6. Hace dos años, estaba con mi ex pareja en una cafetería y fue al baño. De repente, escuché un ruido fuerte en la puerta. Al terminar de hacer pis, abrí la puerta y vi a un hombre que me había dicho determinadas palabras. En ese momento, lo miré seriamente y él se marchó a su mesa. Confieso que me quedé en choque, pero el mayor choque fue cuando le conté a mi pareja lo que había pasado y él me dijo: "¿Será que tú no estabas coqueteando con él y lo interpretó como una señal?" En ese momento me quedé paralizada. ¿Realmente estaba escuchando esas palabras de ti?


Todo el tiempo, la mujer tiene que justificar un abuso que ha sufrido. Es como si nosotras tuviéramos que pedir permiso para ser, existir, respirar. Todo el tiempo tenemos que pedir permiso para sentir y disfrutar. Siglos y siglos de religión, sistema social y cultura intentan, hasta hoy, controlar el cuerpo, el deseo y el placer de la mujer. Necesitamos una educación sexual adecuada que genere la autonomía y la libertad para ser y gozar en nuestro propio cuerpo.


Lo Nunca Visto, CACAOS ha nacido con un propósito. No son solo cuadros exclusivos y bellos, sino, sobre todo, una exposición pedagógica, inmersiva y tecnológica. Los cuadros con sus vídeos y historias harán que cada visitante llore, se identifique y ría. España estará dando un paso importante en la historia de la sexología y, sobre todo, en la historia del placer femenino, porque la exposición Lo Nunca Visto es la primera fase de un proyecto mucho mayor.


Por lo tanto, los invito a apoyar el proyecto. Porque cuando llegue la decisión de la edición de Lo Nunca Visto, recordarás que has sido parte de esa historia.


 
 
 

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