¿Por qué después de resolver mi disfunción eréctil, eyaculo demasiado rápido?

A veces, cuando un hombre logra recuperar su erección después de una etapa difícil, aparece una nueva preocupación: la eyaculación sucede antes de lo deseado. Esto puede generar frustración, vergüenza o incluso miedo a “estar empeorando”. Pero en realidad, esta transición es más común de lo que parece. Y tiene sentido.

La ansiedad sexual no desaparece de un día para otro

Cuando alguien ha pasado tiempo sintiendo que su cuerpo “no respondía”, la primera erección recuperada no siempre se vive como una victoria tranquila, sino como algo que hay que aprovechar rápido, antes de que se pierda. Esa urgencia puede llevar al cuerpo a acelerarse, al deseo a comprimirse, y al placer a acortarse.

¿Cómo afecta esto a la eyaculación?

El miedo al fracaso activa un sistema de alarma en el cuerpo: el sistema nervioso simpático. Y ese mismo sistema es el que, cuando está demasiado activo, acelera la eyaculación. No es que el cuerpo esté fallando, es que está funcionando en estado de alerta, no de placer.

Del miedo al disfrute hay un puente: el tiempo

Recuperar la erección es solo un paso. El siguiente es aprender a confiar otra vez en el cuerpo. A reconectar con el deseo sin prisa. A entender que el sexo no se mide en “cuánto duras”, sino en cómo habitas el encuentro.

¿Qué puedes hacer?

Respirar profundamente antes y durante el encuentro. Respirar no es banal: calma el sistema nervioso y ayuda a alargar la experiencia.

Darte permiso para no ir directamente al coito. No todo tiene que ser penetración ni objetivo. El cuerpo también se educa en el juego.

Practicar solo. Sí, la masturbación consciente (sin prisa, con pausas, con atención) es una gran aliada para aprender a manejar los tiempos sin presión.

Hablarlo sin vergüenza. El silencio alarga el problema. La vergüenza lo fija. La conversación lo suaviza.

Recuperar tu sexualidad no es volver al pasado. Es abrir un camino nuevo.

Un camino donde el placer no dependa de una función, ni la virilidad de un control. Un camino donde tu cuerpo vuelva a ser tuyo, con sus ritmos, sus pausas, su deseo.

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