
Estás en un encuentro sexual que lo tiene todo para ser placentero, pero de repente notas que el pene sigue blando. Esto puede generar incomodidad o preocupación, pero tranquilo: hay solución.
Primero, comprendamos por qué sucede. La falta o pérdida de erección puede deberse a factores orgánicos, psicológicos o una combinación de ambos. Un aspecto clave es la presión que existe sobre el pene en la sexualidad: la creencia de que sin él no hay placer o que la relación sexual termina si no hay erección. Esta idea puede generar ansiedad y dificultar la respuesta del cuerpo.
¿Qué hacer?
1. Evalúa la frecuencia
Si ocurre ocasionalmente, puede ser algo circunstancial. Si es recurrente, es útil consultar con un médico para descartar causas orgánicas o con un sexólogo para explorar qué está interfiriendo.
2. Cambia el enfoque
El placer no depende exclusivamente de la erección. El cuerpo entero es un territorio erógeno: boca, manos, piel, caricias, besos... Hay muchas maneras de disfrutar sin presión.
3. Busca apoyo profesional
Si la situación genera angustia o afecta tu vida íntima, un especialista puede ayudarte a recuperar la confianza y a vivir tu sexualidad con mayor libertad.
Pide tu cita y redescubre el placer sin presiones.
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