En el movimiento lento, en un toque consciente, un mordisco suave o un beso húmedo, se encuentra un placer que trasciende lo mecánico. Cuando cambiamos nuestra percepción del sxo, entendemos que el placer no se limita a un objetivo, como el orgxsmo, sino que se despliega en todo el cuerpo y en cada sensación.
La sociedad, con sus guías sobre posiciones, gemidos ideales y tiempos perfectos, ha reducido el sxo a un guion de alto rendimiento. Hemos olvidado el arte de tocar, de deslizar nuestras manos por la piel del otro, de responder con sensibilidad a ese contacto. Somos adictos a la inmediatez, máquinas que buscan un desenlace explosivo, ignorando las sutilezas del camino.
Al conectar con el olor, el sabor, la textura y el ritmo pausado, redescubrimos el sxo como un acto integral, donde cada detalle tiene significado. Como bien decía Gustave Flaubert: "La estupidez consiste en querer acabar." El placer no está en la meta, sino en aprender a habitar el momento, en encontrar la plenitud en lo que no tiene prisa.
Texto: Claudia Carvalho
👉 Curso sobre Placer y orgasmo femenino para los hombres.
Información: 623 365342 (WhatsApp)
Comments