¿Qué te ha llevado a perder el control de la eyaculación?
- Claudia Carvalho
- 30 mar
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 2 abr
Históricamente la eyaculación precoz no siempre fue vista como un problema. En muchas culturas antiguas, la rapidez en la eyaculación no era un motivo de preocupación, ya que el énfasis estaba en la procreación más que en el placer mutuo.
Fue con el desarrollo de la sexología en el siglo XX cuando se empezó a considerar una disfunción sexual, especialmente por su impacto en la satisfacción de la pareja y en la autoestima del hombre. Investigadores como Masters y Johnson, y luego Helen Singer Kaplan, ayudaron a definirla y proponer tratamientos.
Hoy en día, se entiende que la eyaculación precoz puede tener causas tanto psicológicas como biológicas y que existen diversas terapias para tratarla, desde técnicas conductuales hasta tratamientos médicos.
La eyaculación precoz es un fenómeno complejo que no se puede reducir a una única causa. Generalmente, responde a factores psicológicos, emocionales, relacionales y, en algunos casos, biológicos.
La terapia sexológica es una de las estrategias más efectivas, ya que ayuda a trabajar el control de la excitación, la gestión de la ansiedad y la comunicación en pareja. Técnicas como el start-stop o la compresión de Semans pueden ser útiles, pero también es clave explorar qué está detrás de esa pérdida de control.
Tu pregunta es muy interesante: ¿qué te ha llevado a perder el control delante del sexo? Porque ahí puede estar la clave. ¿Es miedo al desempeño? ¿Ansiedad? ¿Un patrón aprendido? En lugar de solo "solucionar" el síntoma, hay que entender qué lo está generando.
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