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Eyaculación precoz cuando todo falla

  • Foto del escritor: Claudia Carvalho
    Claudia Carvalho
  • 8 jun
  • 2 Min. de lectura

Hay momentos en los que parece que nada funciona. Cuando se han probado ejercicios de control, respiración, terapia, cremas, medicación, y aún así, la eyaculación precoz sigue marcando el ritmo. Ese ritmo que no elegimos, que frustra, que a veces avergüenza, que muchas veces se oculta.


Pero ¿y si dejamos de pensar que fallar es eyacular antes de lo esperado? ¿Y si cambiamos la pregunta?


¿Qué significa “fallar” realmente?


Fallamos, sí, cuando medimos el sexo con un cronómetro. Fallamos cuando pensamos que el placer es una carrera, que el cuerpo tiene que obedecer órdenes exactas. Fallamos cuando dejamos que la idea de “rendimiento” sustituya al encuentro, al juego, a la posibilidad de explorar otra manera de estar con el otro.


La eyaculación precoz no siempre es un problema físico. Muchas veces es un síntoma: de ansiedad, de miedo, de culpa, de expectativas absurdas. A veces es el resultado de haberse masturbado siempre a escondidas, con prisa, sin haber podido habitar el propio cuerpo con calma.


Cuando todo falla, quizás es momento de dejar de luchar


La solución no siempre es seguir buscando técnicas nuevas, sino detenerse. Respirar. Escuchar al cuerpo no para controlarlo, sino para conocerlo sin castigos. La pregunta no es “¿cómo aguanto más?”, sino: “¿cómo puedo vivir el placer sin miedo?”


Tal vez es el momento de replantear la idea de penetración como centro del acto sexual. Tal vez hay otros caminos por los que el deseo se puede desplegar con menos presión, con más presencia. Tal vez es momento de volver a aprender a tocar, a mirarse, a reír, a fallar incluso… sin que eso signifique fracaso.


No es tu culpa. Pero sí puede ser tu responsabilidad


Dejar de luchar no es rendirse. Es cambiar el enfoque. Es dejar de pensar que tienes que demostrar algo, y empezar a construir un vínculo distinto con tu cuerpo y con la otra persona. Si todo ha fallado, quizás es porque estamos buscando en el lugar equivocado.


El placer no siempre llega como lo esperábamos. Pero llega, si dejamos espacio.

Incluso cuando creemos que todo falla, puede aparecer algo nuevo. Más real. Más libre.


Cita previa 623 365342



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