
Cuando el deseo es genuino
- Claudia Carvalho
- 1 jul
- 2 Min. de lectura
De todas las partes de la sexología, el deseo me intriga, me fascina, me hace pensar, sentir, querer, entender, comprender, atravesar.
Si estás en una relación y tienes que suplicar que tu pareja te haga una felación, o si tienes que mendigar sexo, este texto es para ti. Porque el deseo no se pide.
El deseo no se pide.
El deseo, cuando es entero y real, atraviesa y permanece. No necesita discursos ni súplicas. Se siente, se reconoce.
El deseo no se suplica. Porque cuando hay que mendigar una caricia, una mirada, una entrega, eso que se pide ya no es deseo: es validación, rutina, deuda afectiva o simplemente miedo a la pérdida.
Una relación donde el deseo necesita ser pedido una y otra vez, donde se mendigan caricias o se negocian encuentros íntimos como favores, está revelando una desconexión profunda. El deseo verdadero no pide permiso ni necesita recordatorios: se alimenta en el intercambio, en la sintonía, en la escucha mutua.
Retroalimentar el deseo implica estar disponible para dejarse atravesar.
El deseo no es solo piel, ni solo sexo. El erotismo profundo nace cuando el cuerpo está disponible, pero también la mente ha dicho “sí” y el alma ha decidido entregarse. Es un deseo que se sostiene no por obligación ni rutina, sino por una decisión íntima y viva.
No se trata de tener ganas todo el tiempo, sino de habitar el encuentro desde un lugar completo.
Un deseo a medias, que solo roza pero no transforma, no es deseo genuino. Es hábito, es deber, es silencio aprendido. El deseo real deja huella, toca, conmueve. No siempre grita, pero nunca pasa desapercibido.
Cuando llega, atraviesa y queda. Y si no atraviesa… tal vez no vino entero. Tal vez no era deseo, sino necesidad de afecto, miedo a la soledad, deber de pareja.
Reflexiones para quedarse pensando:
¿Qué tan genuino es el deseo que sientes hoy?
¿Tienes que pedir ser deseada(o) o el deseo se ofrece sin exigencia?
¿Estás retroalimentando tu erotismo desde un lugar honesto o estás repitiendo lo que crees que “debería” funcionar?
¿Qué espacio ocupa la verdad en tu vida sexual?
¿Deseas con el cuerpo o también con la mente y el alma?
Por CLAUDIA CARVALHO
Libro: PORQUE SÍ
Comments