El deseo sexual hipoactivo de la mujer ha sido estudiado, por el contrario son pocos los estudios que aborda. esta disfunción en el caso del hombre.
Revisando la escasa biografía existente, a finales de los 7p sufrían deseo sexual hipoactivo un 10% de los hombres (Mears,1978). En una revisión de 52 estudios publicados entre 1990 y 2000, Simons y Carey (2001) encuentra una prevalencia que oscila de 0 al 3%. Flores (2004) señala una incidencia de deseo sexual hipoactivo del 11,2%.
Un estudio (Ana Alexandra Carvalheira –Universidad de Lisboa–, Aleksandar Stulhofer –Universidad de Zagreb– y Bente Træen –Universidad de Oslo–) realizado a partir de entrevistas a 5.000 hombres de países con marcadas diferencias culturales como Portugal, Croacia o Noruega, ofreció datos muy interesantes. Tras el cansancio y el estrés, los problemas en la relación (parejas poco disponibles, conflictos…) fueron los que más se señalaron. El 14,4% de los encuestados admitió falta de deseo sexual durante al menos dos meses en el último año, lo que derivó en situaciones como eyaculación precoz o, sobretodo, incapacidad para mantener la erección.
Entonces, ¿por qué tendemos a creer que un bajo deseo sexual entre los hombres es imposible? Y, ¿por qué evitamos hablar al respecto?
Por Claudia Carvalho
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